martes, 7 de enero de 2014

PIPKRAKE. Cuando la tierra pare agujas de hielo

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En noches invernales serenas y despejadas se registran heladas fuertes en las montañas ibéricas y tierras altas del interior. Si el suelo contiene suficiente humedad se congela y puede emitir agujas de hielo al exterior. Estas agujas se denominan también pipkrake, algo así como “tubos finos” en sueco. A cero grados centígrados o menor temperatura los cristales helados se mantendrán visibles todo el día siendo más evidentes en cortes del terreno, como bordes y taludes de caminos.

Agujas de hielo (pipkrake) de unos 5 cm de longitud observadas a las 10h 50’ 
a unos 1000 m de altitud en la Pedriza Anterior (Sierra de Guadarrama).


La blancura de este hielo entreverado recuerda al permafrost, el hielo subterráneo de los suelos circumpolares, aunque allí permanece todo el año bajo el terreno.


















Pedriza Anterior y Cuerda Larga (Sierra de Guadarrama), ambientes propicios para formación de agujas de hielo (pipkrake). 



En nuestras latitudes, la formación de agujas de hielo (pipkrake) requiere una temperatura del aire inferior a 0º C mientras que el suelo ha de superar esos 0º C. En tales condiciones la humedad superficial cristaliza y presiona sobre el agua que hay debajo. Esto sucede en una escala muy pequeña siendo los conductos por los que asciende el hielo tan finos como cabellos (capilaridad) agrupados en haces filamentosos. El hecho de que las agujas de hielo presionen sobre el agua del terreno se debe a que el hielo adquiere más volumen y menos densidad que el agua líquida (cuya máxima densidad surge a 3,8 °C y 1 atmósfera de presión).

Agujas de hielo (pipkrake) de unos 5 cm de longitud. 

En función de lo fría que resulte la temperatura exterior y de la temperatura y humedad del suelo, los cristales seguirán empujando sobre el agua del sustrato y elevándose hasta una altura que varía desde unos milímetros hasta 40 centímetros. La altura tiene su importancia porque los cristales elevan granos y partículas del terreno, y tras la fusión del hielo los desprenden. La repetición de esta fluctuación hielo-deshielo altera el microrrelieve del suelo y contribuye a erosionarlo en las pendientes.


Agujas de hielo (pipkrake) elevando el terreno.


Este es un fenómeno común en ambientes periglaciares. En paisajes invernales de alta montaña, no cubiertos de nieve, es posible escuchar un sordo crujido: es el crepitar de la tierra pariendo agujas de hielo. 


MÁS SOBRE SUELOS HELADOS:

FROST-HEAVING. El escalofriante caso de las piedras semienterradas



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13 comentarios:

Guillermo García-Saúco dijo...

Preciosa entrada, Francisco Javier. La verdad es que las estructuras que crea el hielo son impresionantes.

Por mi zona nunca las he visto, más que nada porque casi todo es muy rocoso.

Geniales fotos y texto.
Un abrazo.

Observatorio de El Ventorrillo dijo...

Hay preciosas curiosidades que nos pasan desapercibidas y hasta las pisamos si no nos fijamos por donde andamos. Muy buena explicación, Javier.
Un abrazo.

Mabel Granata Duran dijo...

¡Qué belleza!.. ¿pertenecerán al mismo sistema con que se forman las estalactitas y las estalagmitas? (claro que estas últimas están en cavernas)
Sinceramente, nunca las había visto antes y son formaciones hermosas.
Gracias Fco. Javier. Un abrazo, amigo

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Muchas gracias, Guillermo, las fotos no es que sean muy allá...pero es lo único que he conseguido tras años de perseguir este fenómeno.
Aunque pienses que no tal vez en tu zona puedas verlo, es cuestión de suficiente humedad en el suelo (mejor un suelo arenoso, suelto) y bajas temperaturas. En zonas umbrías o sombreadas es más fácil de ver durante el día. Ojalá llegues a observarlo ¡no olvides mirar al suelo!
Otro abrazo para ti.

Gracias, Jesús. La mayoría de las imágenes son de aquel fresco y radiante día compartido con vosotros en La Pedriza. Ya sabes, siempre hay algo que ver, y a veces cosas tan llamativas como humildes.
Otro abrazo.

Hola, Mabel, lo de las estalactitas y estalagmitas es otro asunto que tan sólo tiene en común con este la necesaria presencia del agua.
Estas agujas son de hielo y se forman en la capa superficial del suelo. Es un fenómeno muy determinado por condiciones físicas mientras que en las formaciones calcáreas de las cuevas juega un importante papel la química.
Espero que alguna vez puedas disfrutar de estas agujas de hielo...con un buen abrigo.
Un amigable abrazo para ti, allá en el cálido verano austral.

Javier G. Pérez dijo...

Sorprendente; la primera impresión que da es la similitud con el efecto de una capoladora de las que se usan para hacer carne picada pero, con el resultado en versión hielo.

Saludos.

Teté M. Jorge dijo...

Que detalhe interessantíssimo, amigo! Emociona-me ler-te.

Feliz 2014!
Beijos.

Anónimo dijo...

La verdad es que resulta alucinante, Francisco Javier. La naturaleza nunca deja de sorprendernos, y ahora buscaré sin descanso este fenómeno para poder contemplarlo personalmente. :)

Feliz año nuevo, y que este 2014 nos traiga muchas más entradas así. Retornando desde el exilio, este humildemente tuyo Trotalomas. :)

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Sí, Javier, puede ser una primera impresión...aunque las agujas se agrupan son muy finas y frágiles. Con el frío suficiente se mantienen más o menos verticales y cuando sube la temperatura van perdiendo consistencia y ablandándose (en esa etapa se parecen más a lo que indicas).
Saludos para ti.

Muchas gracias, Teca por tus palabras. La emoción es lo que nos mueve.
Te deseo la misma felicidad para 2014. Besos desde el invierno.

Querido Trotalomas...¡Encantado de verte por aquí! Te deseo un 2014 feliz y pleno que incluya interesantes encuentros...con los pipkrake o con cualquier otro prodigio natural.
Mis saludos para ti.

Óscar Martín Estallo dijo...

Interesantísimo!
Me ha gustado mucho. Ni siquiera había oído hablar de algo semejante. Qué bonito! Muy buena entrada!

charly dijo...

Que cosa mas curiosa yo tampoco había visto nada igual

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

E-stallo, muchas gracias por tus palabras. Es un fenómeno que conviene observar mirando con atención los suelos helados de nuestras montañas y tierras altas.
Saludos.

Hola, Charly, los pipkrake son menos raros de lo que parece, incluso en algunas zonas son algo común todos los inviernos.
Saludos y gracias por la visita.

Enrique Luengo, geógrafo. dijo...

Hola Javier, preciosas fotos. Es un fenómeno corriente (en nuestros suelos arenosos del interior), pero la gente no se fija. Es el proceso fuente del Creeping, es decir del movimiento de los materiales sueltos, ladera abajo. Complicando las cosas existe otro mecanismo que hace que el agua se congele donde más frio hace, es decir debajo de bloques que transmiten bien el frio del exterior hacia dentro del suelo.
El bloque acaba levantándose sobre el resto y cae, se produce un reorganización de los materiales en función de su tamaño. Se crean los suelos estructurados, corrientes en las altas laderas de nuestras montañas centrales.
A veces ocurre a la inversa, la vegetación impide la congelación bajo ella, pero en lo expuesto hay congelación y estructuración de suelos.
Esos días heladores de todo el final del otoño llenaron las laderas de pipcrakes, no hace falta subir, en Rivas los he visto bastante decentes.
Un saludo y gracias por tu entrada.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Gracias por tu interesante comentario, Enrique. Los fenómenos debidos a fluctuaciones hielo-deshielo son más comunes de lo que pensamos, al menos en las regiones del interior peninsular, y tan apasionantes como hermosos y complejos. Un motivo más para no perderse el campo o el monte en la estación invernal.
Otro saludo para ti.